Emo es una subcultura que tuvo sus orígenes a mediados de la década de 1980 en Estados Unidos, más precisamente en Washington D. C., como una subcultura creada en torno al género musical rock subgénero del estilo hardcore punk y una estética particular y social.
Más tarde, el «Spock Rock», creado a partir de los «Swing Kids», fue acuñado por el cantante Justin Pearson.
Actualmente el escenario «emo» contiene elementos mixtos de otras culturas, como el punk, el gótico, el grunge, el skateboard y el rockabilly.
[1] Está también asociado a un carácter especialmente emotivo/emocional, sensible, tímido, introvertido, etc.[1] En México, se produjeron ataques violentos contra jóvenes emo durante el año 2008 en entidades como la Ciudad de México, Querétaro y Tijuana.
Algunos medios de comunicación vincularon directamente esta violencia con la estética emo, la cual desafía la hiper masculinidad y el machismo arraigado en la cultura mexicana.