Emma Calderón y de Gálvez

Era maestra y publicó poemas y artículos en la prensa, incluido un texto que defendía la entrada de Emilia Pardo Bazán en la Real Academia Española.

[2]​ Después de la muerte de Nicomedes Ferrari, con quien tuvo una gran amistad, pasó a dirigir el periódico El Anunciador en Gibraltar, del que Ferrari había sido dueño.

[3]​ También publicó en Ilustración Gallega,[4]​ el Diario de Cádiz, Diana, Arco Iris, El Último, Cádiz Gráfica, La Alhambra, La Isla, El Heraldo, El Éxito, Alma Latina y Bromas y Veras.

Intercambió correspondencia, entre otros, con el médico y escritor gallego Xesús Rodríguez López.

[6]​ Según Carmen Ramírez Gómez (2000), Calderón utilizó el seudónimo de Narciso del Prado, un nombre que la mayoría de las fuentes atribuyen a otra escritora contemporánea: Paulina Ibarra Blasco.

¡Por su moreniya! , 1913.
Sobre las cumbres , 1920.