Era internacional con la selección femenina de baloncesto de Australia, pero fue expulsada por actos racistas.
En 2019 reconoció haber sufrido problemas psicológicos que afectaban a su rendimiento, y solicitó públicamente que el "Programa Integral de Salud Mental" de la NBA también se aplicara a jugadoras de la WNBA.
[3] Debido a esos problemas psicológicos se ausentó de los Juegos Olímpicos de Pekín.
En un partido amistoso contra la selección de Nigeria agredió a una jugadora nigeriana y llamó a las jugadoras africanas «monas» y «que volvieran a su país tercermundista».
La Federación australiana inició una investigación, pero ella decidió renunciar y abandonar la concentración.