Hizo varios intentos de organizar a las mujeres de las clases obreras, pero pronto se dio cuenta de que requerían educación sexual, con frecuencia le pedían consejos sobre asuntos sexuales, con preguntas como "¿Tengo que hacerlo [tener sexo] siempre que mi marido quiera?"
Fruto de este matrimonio Elise Ottesen cambió su apellido por Ottesen-Jensen.
Sus acciones estaban consideradas ilegales en la época; se arriesgaba a castigos severos.
En los años 1920, Ottesen-Jensen era ya una escritora regular en el periódico sueco Arbetaren, con una columna propia en la que trataba temas feministas.
Tras desacuerdos con otros editores del mismo diario en 1925, inició su propio periódico, Vi kvinnor ("Nosotras mujeres"), que, sin embargo, no duraría mucho.
[6] Se convirtió en la primera presidenta y mantuvo el puesto hasta 1956.