Eliezer Kashani

En el campamento de detención, se unió a las filas del emergente movimiento paramilitar Irgún Tzvaí Leumí.

Dicho testimonio fue publicado por Menájem Beguin en su libro "La Revuelta": A partir de ese momento, comienza la serie de los suplicios que terminó sólo al día siguiente a las diecisiete horas aproximadamente.

Se nos hizo entrar, entre golpes y arrastrándonos, en un pequeño coche blindado; a cada uno de nosotros nos vigilaba un soldado.

Debe señalarse que todos nosotros resistimos la prueba y ninguno bajó la cabeza.

Pasó media hora y, estando petrificadas nuestras manos, nos metieron en un camión en cuyo piso nos hicieron acostar.

Vieron en la mano de Mordejai un anillo y trataron de sacárselo y, al no poder hacerlo, tiraron con todas sus fuerzas hasta que les pareció que se le había roto el dedo; entonces lo dejaron.

Lo que no consiguieron desgarrar en esa forma, lo cortaron con una hoja de afeitar.

Comenzó un maltrato organizado, para cuya realización habían recibido, por lo visto, permiso o instrucciones del oficial.

El baño no ayudó mucho, porque nuestras heridas manaban sangre y en seguida volvíamos a quedar manchados.

Con una "visita" así se nos regaló cada cuarto de hora, para privarnos del sueño.

A tres de nosotros no nos dieron zapatos (seguramente les habrían gustado).

De esta manera, envueltos en harapos, nos hicieron correr por todo el campamento hacia la enfermería.

El facultativo doctor, hombre alto que ostentaba dos estrellas, miró nuestras heridas y preguntó a los soldados si querían seguir jugando aún con nosotros.

Volvieron a hacernos correr en la misma forma al lugar de donde habíamos venido.

Solo ahora vimos el interior del cuarto de cocina.

Manchas de sangre coaguladas estaban pegadas en las paredes y debíamos rasparlas con nuestras uñas.

Al negarnos a ello, recibimos golpes sanguinarios con ramas de árbol.

El mismo médico vino otra vez y mandó aplicar tira emplástica a dos de nosotros.

Al llegar este informe en manos del Comandante Supremo Menajem Beguin, se impartió una orden a todos los miembros del Irgún para que se buscara ese campamento donde se habían infringido las torturas a los detenidos e incluso hubo un plan para matar a todos sus ocupantes con explosivos.

Eliezer Kashani en su adolescencia durante un paseo a Tel Hai .