Habiendo engañado a la policía apostada afuera, Hohenthal tocó el timbre y un ayuda de cámara (un policía disfrazado) abrió la puerta.
El ayuda de cámara lo guio hasta la oficina del canciller.
Cuando Soisalon-Soininen entró en la habitación, Hohenthal sacó una pistola y disparó ocho tiros hacia el canciller de justicia, dos de los cuales alcanzaron al canciller en el pecho y el estómago.
Entonces el ayuda de cámara entró en la habitación y le disparó al asesino.
Hohenthal también recibió algunas heridas leves y se rindió.