Tras formar una coalición de gobierno con la CSU y el FDP, los tres partidos consiguieron la mayoría absoluta.
Helmut Kohl, que había sido ya canciller de Alemania Occidental en la década de 1980 y que había dirigido el país en funciones desde octubre, fue designado primer canciller electo del Gobierno alemán reunificado.
[1] Los socialdemócratas liderados por Oskar Lafontaine obtuvieron unos resultados respetables tanto en votos (con un 33.5% del total) como escaños, pero en el cómputo global perdieron muchos votos tradicionales entre la clase media y en definitiva, no lograron obtener una fuerza parlamentaria suficiente para acceder al gobierno federal.
[4] Estos fueron también los primeros comicios a los que concurrió el Partido del Socialismo Democrático (PDS), cuya militancia y cuadros dirigentes procedían del antiguo Partido Socialista Unificado de Alemania que había existido en la extinta RDA.
[5] A pesar del estigma de ser considerados el partido del antiguo régimen comunista,[6] el PDS recogió el voto de los antiguos votantes comunistas en el Este y logró entrar en el Bundestag con 17 parlamentarios.
Esto significaba que para los partidos que se presentasen en los distritos orientales, el porcentaje de votos se calcularía utilizando como base los territorios de la Alemania occidental y la Alemania oriental.