La CSU ganó 7.6 puntos y 18 escaños, pero no le valió para recuperar la mayoría absoluta.
Los socialdemócratas subieron 2,7 puntos y 3 escaños.
Los liberales perdieron 1,6 puntos y 5 escaños.
El Bloque de los Expulsados perdió 1,5 puntos y 2 escaños, pero pasó a ser la tercera fuerza política a ser la cuarta.
Para estas elecciones continuó en vigor una ley electoral distinta a la cláusula del cinco por ciento, en donde un partido debía obtener el 10% de los votos en al menos un distrito electoral para obtener representación parlamentaria.