Se trata de una escena popular.
Pertenece al último periodo de Goya como pintor de cartones para tapices.
Cuatro jóvenes vestidas de majas mantean un pelele en un entorno de paisaje frondoso, atravesado por un río, con la presencia de un edificio de piedra al fondo.
[1] Es un cuadro de ejecución rápida.
En general, el estilo es elegante y ligero, propio del siglo XVIII.