[1] Entre los pintores a los que les fue encargada esta comisión se encontraban Sebastiano Ricci y Giovanni Antonio Pellegrini, además de Tiépolo.
Se trata de una pieza con coloración oscura y sumo dramatismo.
El cuadro muestra el momento del martirio, cuando Bartolomé es despojado de su piel.
La vehemencia con que el apóstol encauza sus brazos hacia el cielo, sugiriendo una alusión a la figura divina, subyace el rayo de luz que viene desde lo alto.
[2] A la postre, Tiépolo se trasladaría a España, donde algunas de sus obras serían observadas y estudiadas por el joven Francisco de Goya, que también debió de haber visto este cuadro en su viaje a Italia en 1771.