El indiferente

En este cuadro aparece un solo personaje, en el centro de la composición, contra un fondo boscoso.Adopta una postura de baile inestable: el pie izquierdo está girando, formando un ángulo recto con la pierna derecha, y de ésta sólo apoya la punta del pie; se representa así un momento concreto de gracia extrema y artificial,[1]​ en el curso de la danza.El título enigmático de la obra contribuye a la seducción ejercida por la gracia del personaje.En 1738 fue creada la Orden de los Indiferentes (Ordre des Indifférents), asociación cuyos miembros juraban sustraerse al imperio del amor.Hay otro cuadro, de una joven tocando el laúd, que forma pareja con éste.