Un día su vecino Gotlib Shultz lo invita a celebrar sus bodas de plata con su esposa Luisa.
Ese día llegó ebrio a su casa.
Al día siguiente se entera de que su ex-clienta Trujina había fallecido.
Ese día llegó tarde a su casa y se dio cuenta de que había un gran alboroto.
Eran los cadáveres de las personas a las que él había prestado sus servicios.