Una noche encuentra al rey de Creta en la cama de Diana, su esposa, y en lugar de asesinar a quien le ha deshonrado se suicida, burlando así el trágico destino que le habían impuesto los astros.
[2] Este drama ético-político da un desenlace bastante original, aunque algo exagerado, al eterno conflicto de la lealtad en la relación soberano-vasallo.
[3] El dueño de las estrellas es, como ya vimos, un drama de proporciones épicas que muestra el afán y la inclinación del dramaturgo por los temas históricos y mitológicos, como era habitual en la literatura barroca.
Ruiz de Alarcön se esmera por reproducir la retórica y los modelos literarios dominantes a fin de ser reconocido como un dramaturgo digno del mejor círculo literario de su época.
El dueño de las estrellas, junto con El anticristo, representa este afán, que sin embargo terminó en fracaso.