Sus padres fueron José Santana Aguayo y Gabina Damián Puentes, quienes tuvieron dieciséis hijos.
Desde muy joven trabajó en una panadería que se llamaba "La Puerta del Sol", después fue zapatero y futbolista, así como boxeador.
Lágrimas, sudor, sangre y lesiones, así como muchas humillaciones, le costaron al Perro Aguayo ganarse un lugar dentro de este difícil deporte.
Desde su debut, empezó a fraguar una carrera llena de rudezas y sangrientas hazañas sobre el enlonado.
Fue parte vital de la lucha libre independiente que hizo vibrar el extinto Toreo de Cuatro Caminos, donde lo mismo enfrentó a los Villanos, que a Canek y al japonés Gran Hamada.
Diez años más tarde, el menor de la familia Reyes, Universo 2000, lo obligó a jugarse la cabellera en la Arena México, cita a la que "El Can" (como también era conocido Aguayo) llegó mermado y fue castigado con un "Martinete" que lo mandó al retiro.
Pocas veces se vio al Santo con su máscara ensangrentada, pero "El Can" logró llevarlo a esos extremos.
El desarrollo del combate fue caracterizado por la cantidad de golpes y sangre que hubo.
Tras tres caídas, Pedro "Perro" Aguayo se despedía de la afición perdiendo su melena, siendo rapado en el ring.
Otras películas en las que actuó son: "Salvando al soldado Pérez", "Soba" y "Superzam el invencible".
En la década de los 90 del siglo XX, Pedro "Perro" Aguayo fundó junto con Konnan y Cien Caras la AAA (Asistencia Asesoría y Administración), facción que aglutinaría a muchos luchadores tanto rudos como técnicos hasta la fecha.
En el evento Triplemania XX, Perro Aguayo fue nombrado miembro del Salón de la Fama AAA, Generación 2012.