Su primera aparición se produjo en el relato de 1875 El Muchacho de Jengibre (The Gingerbread Boy), publicado en la revista St.
La mujer y su esposo intentan darle caza, pero no logran atraparlo.
El cuento termina con un zorro que atrapa y se come al Hombre de Jengibre, que llora mientras es devorado.
Sin embargo en otras versiones algo más contenporáneas, lo captura un cuervo arrebatándoselo al zorro.
El hombre de jengibre le pregunta si los cuervos comen galletas de jengibre, éste dice que sí dejándolo caer de su pico y la galleta prosigue su interminable huida.