Antonio Carmona, el Gordito
Comenzó su carrera como banderillero en la cuadrilla de su hermano Manuel, el Panadero.Se dice que ese día el marqués de Salamanca lanzó a sus pies dos magníficos cigarros enrollados en un billete de mil pesetas.[2] Torero hábil en piruetas, como Cúchares, pero menos elegante, su toreo estaba basado esencialmente en lances que los puristas de Madrid juzgaban muy severamente.Si conoció algunos años de gloria, principalmente gracias a la suerte de banderillas y a su conocimiento del toro, no fue una «figura» más que unos poco años (hasta 1865, quizá).[1] El Gordito tenía dificultades particularmente en la suerte de matar.