Se pensó también en la posibilidad de ubicarlo incrustado en otro importante cerro que cierra como una pantalla el Sur de la Capital, "El Berrinche", que sin embargo fue descartado ya que su proyección quedaría limitada al sector del casco histórico y cercano a una zona de riesgo que posteriormente cedió al paso del huracán Mitch, de fausto recordatorio.
Por lo tanto se decidió retomar aunque a una altura menor, unos 30 metros más abajo, y a 300 metros de distancia del punto más elevado del Picacho, un lugar especial de la franja que ocupa el Parque de las Naciones Unidas y que bordea los desfiladeros del mismo cerro.
El pueblo hondureño, muchas entidades gubernamentales y privadas contribuyeron en forma entusiasta y en muy poco tiempo se logra recaudar la cantidad aproximada de 5 millones de lempiras.
La figura religiosa de concreto armado fue diseñada artísticamente por el prestigiado escultor hondureño Mario Zamora Alcántara que reside en México desde hace varios años.
La construcción mantuvo ocupado durante siete meses a un equipo de 40 personas.