De este origen marinero proviene su apodo.
La diabetes que finalmente le causaría la muerte fue probablemente la causa de su ceguera, que sufrió desde su juventud.
Se ganó el sueldo cantando por calles, plazas, barberías y cafés de Almería, donde causaba gran expectación según las referencias existentes del diario de la época, La Crónica Meridional.
Prodigó especialmente la taranta almeriense y la saeta.
Un ejemplo de sus letras: Que van a poner un faro en el castillo de San Telmo, y un cañón de artillería pa que se sienta el disparo en to el reino de Almería.