Desde la tragedia que le arrebató su idílica infancia en el campo cuzqueño hasta su migración a Lima y su necesidad de enfrentar la escasez de agua, para así entender cómo y porqué llegó a convertir lo ordinario en extraordinario.
Su trabajo ha recibido premios internacionales y continúa buscando soluciones innovadoras para enfrentar la escasez de agua.
También ha desarrollado variantes del atrapanieblas, incluyendo un modelo inteligente y otro tridimensional, para maximizar la captura de agua incluso en condiciones adversas.
Abel trabaja en un proyecto ambicioso para regenerar manantiales y lagunas en la sierra del Cusco, utilizando estructuras similares a coliseos techados para devolver el agua captada de las nubes a estos cuerpos de agua naturales.
Abel sueña con que todos los asentamientos pobres de Perú tengan acceso a agua potable.