Aunque nació en Italia, Don Viganó se formó en Chile desde la edad de 19 años, país que consideró como su tierra natal.
Se destacó como un notable teólogo y un prolífero escritor, teniendo una gran influencia en el seno de la Iglesia católica.
En 1929 Don Bosco es beatificado y María Enrichetta, su madre, hace un peregrinaje a Turín para la ocasión, lo que la deja profundamente impresionada del amor y la devoción al santo educador, afecto que comunicaría a sus hijos.
La profesión religiosa la hace en Montodine al año siguiente y estudia la filosofía hasta 1939 en Foglizzo.
Su ascenso a dicho cargo como sucesor de Don Bosco comenzó con su participación en las sesiones del Concilio Vaticano II entre 1962 y 1965, lo que lo acercó grandemente al corazón de la Iglesia católica contemporánea.
Durante su rectorado tuvo lugar la beatificación de Monseñor Luis Versiglia y el padre Calixto Caravario, los primeros mártires salesianos sacrificados en China.
En 1986 tiene el honor de predicar los ejercicios espirituales al Papa y a la Curia Romana.
Entre uno de los principales eventos fue la visita del Papa Juan Pablo II al Colle Don Bosco, el lugar en donde nació y creció el santo.
Al año siguiente Don Viganó participa en el sínodo para América Latina en República Dominicana como invitado del Papa.