Sus días de escolar fueron en Nueva Jersey, y después se preparó para la universidad en Blue Hill, Maine.
Con apenas veintiún años se convirtió en capitán de su compañía estacionada en el bajo Misisipi, donde, posiblemente, su obra más importante fue el asedio de Port Hudson.
Su posibilidad de seguir prestando servicios, se vio truncada por un ataque de malaria que lo incapacitó; regresando a su casa en 1863.
Nunca se recuperó de ese ataque y su salud comenzó a fallar hasta descubrir que una tuberculosis había resurgido.
Con la esperanza de recuperarse, pasó tres inviernos en California con un alivio temporal pero no permanente.