[2] El templo-escuela era la institución por excelencia donde niños y jóvenes aprendían los conocimientos y habilidades que les permitirían desempeñar como adultos, los papeles sociales que les atribuían los grupos dirigentes.
los más vigorosos eran enviados como cargadores pero en el calor de la batalla podían intentar sus primeras intervenciones guerreras.
Los méritos obtenidos en el combate serían tomados en cuenta inmediatamente en el templo-escuela y como premio al valor, estos semiguerreros cambiaban de jerarquía.
Sin embargo, tanto hombres como mujeres debían adquirir conocimientos generales sobre música, baile, historia, discursos públicos, entre otras cosas.
[2] Entre otras materias que se enseñaban estaban la poesía, matemáticas, retórica, música, leyes, astronomía, historia, arquitectura y el arte de la guerra.
[1] También se reconocen como instituciones educativas aztecas al Cuicacalco (casa de canto o de la cultura), centro especializado en la música, la danza y las artes, al que asistían mujeres y varones; y al Ichpochcalco (casa de las doncellas), creado exclusivamente para las mujeres mexicas.