En la industria de la música, una editora musical es la empresa que se ocupa de que los compositores y autores de canciones reciban honorarios cuando sus obras son usadas comercialmente.
A partir de ahí, la editora licencia dichas composiciones, ayuda a controlar dónde se usan, recauda regalías o royalties, y distribuye estas a los autores, quedándose con un porcentaje de las mismas como pago por sus servicios.
[1] Originalmente el término editora o editorial musical se refería a las compañías que publicaban partituras.
A finales del siglo XIX las partituras eran el principal uso comercial de las composiciones musicales.
Hoy en día, los dos negocios han divergido, llamándose editoriales musicales a las que producen partituras y editoras a las que gestionan el uso de las composiciones, aunque esta diferenciación de términos no siempre es respetada en la práctica.