Cabe señalar que, originalmente, el edificio sólo disponía de fachada a la Rambla; la calle Pintor Fortuny no se abrió hasta 1935 -tras el incendio de los almacenes El Siglo- y la parcela primigenia no llegaba hasta la calle Xuclà.
En el último nivel de la fachada los espacios entre aberturas son llenados con pilastras adosadas coronadas también con capiteles, que se desarrollan sobre un podio corrido en relieve que discurre a lo largo de todo el registro horizontal del nivel.
La fachada que presenta el edificio en la calle Pintor Fortuny, fue proyectada por el arquitecto Josep Maria Sagnier en 1935 y está conformada por tres tramos claramente identificables en los que se detecta la aplicación de diferentes concepciones arquitectónicas.
El menaje muestra en toda su longitud cinco niveles de alzado correspondientes a la planta baja, el entresuelo y tres pisos superiores.
La balaustrada se ve interrumpida, únicamente, por el gran frontón que corona el cuerpo central, el cual muestra en el arquitrabe el nombre “Cía.
Existen varias escaleras que permiten acceder a los pisos superiores del inmueble.
La planta baja -donde se localizaba el antiguo almacén de la Compañía- acoge hoy en día el espacio termal del hotel, en el primer piso se encuentra el restaurante y los salones coloniales.
Ese mismo año la compañía alquiló los sótanos, planta baja y entresuelos en la Sociedad Anónima del Banco Hispano Colonial.
Una vez adquirido el inmueble, el mismo año 1929 el nuevo propietario se hizo con las fincas 8 y 8 bis de la calle Xuclà y proyectó -de la mano del arquitecto Josep Maria Sagnier- unas nuevas dependencias con fachada a aquella calle.
Posteriormente, después del incendio y desaparición de los almacenes El Siglo en 1932, el ayuntamiento decidió abrir la calle Pintor Fortuny hasta la Rambla.
Fue en ese momento cuando la finca se abrió hacia esta calle, gracias a la nueva fachada monumental proyectada también por Josep Maria Sagnier.
Este mismo año el arquitecto Josep Maria Ribes presentó un proyecto para eliminar la antigua escalera de acceso al entresuelo desde la planta baja.
El arquitecto responsable del proyecto fue Miquel Punseti y la obra consistió, básicamente, en el levantamiento de varios tabiques en los intercolumnios de la curjía más cercana a la calle Xuclà.