En un principio se proyectó para tener diez plantas en vez de las trece actuales, aunque durante los trabajos se decidió añadir tres plantas más.
El entresuelo y la planta de oficinas destacan por tener una ventana grande corrida.
A partir del entresuelo se levantan 12 plantas marcadas con una verticalidad por el eje de simetría.
La fachada posterior se convirtió en un elemento visible con la apertura de la autopista del atlántico (AP-9), que entra en el centro de la ciudad por detrás del edificio.
Esta es muy simple, en ella sobresalen como elemento racionalista los ojos de buey (ya presentes en el edificio Sanchón).