Edificio Albo

[2]​ Recibe su nombre de la familia Albo, procedente de Santander y que hizo fortuna con las conservas, fundando la empresa Conservas Albo.

Gracias al buen momento de la industria conservera tras la Guerra Civil, deciden invertir en la construcción de edificios destinados al alquiler, mostrando también su poderío económico y social en la ciudad.

Para realizar el edificio, contratan a los arquitecto Francisco Castro Represas y Pedro Alonso Pérez, destacados promotores de la arquitectura racionalista.

[4]​ En este edificio podemos comprobar cómo en los años de posguerra existe una reacción a las ideas y formas racionalistas en arquitectura, para adoptar un regionalismo gallego, con numerosos elementos neobarrocos incluidos dentro de una factura inicialmente racionalista.

En el resto de la fachada podemos contemplar elementos neobarrocos, como frontones partidos, pináculos, balaustradas o cornisas molduradas, dentro del diseño racionalista original.