Actualmente se ha ido entrelazando cada vez más con la economía tradicional hasta un punto en el que es difícil entender la diferencia entre ellas.
BusinessWeek también nombró a "La Economía Digital" como el libro de negocios con más ejemplares vendidos en 1996.
Por ello, es necesario identificar que la economía digital es un facilitador para el desarrollo.
Por último, los usuarios –personas, empresas, gobiernos- quienes demandan los servicios y utilizan las aplicaciones.
Se han realizado varios intentos por medir la magnitud del impacto en los sectores tradicionales.
El medio ambiente también se puede beneficiar en la economía digital, de manera que pueda mitigarse las problemáticas ambientales mediante el uso más eficiente de energía.
A pesar del aumento de las TIC se identifica que las brechas digitales se acentúan más en relación con la edad, el nivel de estudios o el género.
Al respecto, se requieren de complementos analógicos para contrarrestar los riesgos y maximizar los beneficios.
Debido al alto impacto esperado, las empresas tradicionales están evaluando activamente la forma de responder a los cambios producidos por la Economía Digital.