Cuando Estonia se independizó de la URSS, tanto la radio como la televisión pública fueron nacionalizadas y convertidas en el servicio público del nuevo estado.
Los estatutos de ERR establecen valores de innovación, servicio público, profesionalidad y responsabilidad con la sociedad civil.
[1] Los medios públicos estonios se financian a través de aportaciones estatales y un impuesto a los medios privados, por lo que ERR no puede emitir publicidad.
ERR cuenta con un servicio de transmisión en directo y video bajo demanda, «Jupiter», que agrupa toda la oferta digital de la empresa.
La oferta infantil está agrupada bajo la marca «Lasteekraan».