A diferencia de la ordalía, que fue conocida por muchas culturas, el juicio por combate era practicado principalmente por los pueblos germánicos.
Fue usado por los antiguos borgoñones, francos, alamanes ripuarios, los lombardos, y los suecos (pero es notable la ausencia en el derecho anglosajón).
Durante los siguientes tres siglos, hubo una tensión latente entre las leyes tradicionales regionales y el derecho romano.
[2] El Kleines Kaiserrecht, código legal anónimo de 1300, prohíbe los duelos judiciales por completo, indicando que el emperador había tomado esta decisión al ver que demasiados hombres inocentes fueron condenados por la práctica solo por ser físicamente débiles.
Este concepto es conocido en Gran Bretaña como "wager of combat" (apuesta de batalla).
[3] El último juicio por combate se celebró en Inglaterra en 1446: un sirviente acusó a su maestro de traición.
[4] En Escocia e Irlanda este tipo de prácticas continuaron hasta el siglo XVI.
Si el demandante se acobardaba y decía "Estoy vencido", abandonando la lucha, sería declarado infame, se le privaba de sus privilegios como hombre libre y era condenado a hacerse responsable de los daños a su oponente.