Sus maestros fueron los pintores sicilianos Francesco Lojacono y Salvatore Marchesi.
Después de su traslado a Roma en 1905, participó en la Exposición Internacional del Palazzo delle Belle Arti de esa ciudad.
Durante este periodo el maestro incrementó su producción de paisajes cuya temática era, sobre todo, las calles y plazas romanas.
En 1908 un cuadro suyo, la quiete, fue adquirido por el Ministerio de Instrucción Pública italiano, pasando a ser depositado posteriormente en la Galería de Arte Moderno de Roma.
Continuó su labor artística hasta el inicio de la Segunda Guerra Mundial.