Utilizaba propulsión híbrida (combustible sólido y oxígeno líquido como comburente) y tenía la particularidad de ser lanzado desde una plataforma sumergida.
El proyecto pretendía desarrollar un cohete sonda comercial, que además sería un primer paso para el desarrollo de un lanzador orbital comercial.
Para el lanzamiento, el cohete primero era cargado con oxígeno líquido, luego se echaba al agua, donde flotaba horizontalmente, y se utilizaba un contrapeso conectado a la parte posterior del cohete para ponerlo en vertical.
Luego los tanques de nitrógeno se presurizaban y el cohete quedaba listo para el despegue.
El proyecto finalizó cuando se acabaron los fondos privados.