Esto proporcionó la primera evidencia convincente de los quarks, que hasta ese momento habían sido considerados como un fenómeno puramente matemático.
La razón por la que este tipo de dispersión se describe como "profundo" e "inelástica" es que a altas energías, la longitud de onda asociada al electrón es pequeña con respecto al tamaño del protón.
La mayoría pasó con poca o ninguna desviación, pero algunas partículas fueron desviadas a grandes ángulos e incluso vinieron de regreso.
Esto sugirió que los átomos tienen una estructura interna, y una gran cantidad de espacio vacío.
Con el fin de explorar los bariones (donde los quarks se pueden encontrar en teoría) era necesario encontrar una partícula pequeña, penetrante (es decir, que sea fácilmente acelerada, y por ello, con carga eléctrica) y que fuera producida fácilmente para usarla como proyectil.