Además, se encarga de producir artistas en cualquier género musical, lanzar nuevos cantantes, proporcionar lo necesario para promocionarlos como producción de videos musicales, subir su música en plataformas de música en streaming o tiendas digitales, o en su defecto, fabricar y distribuir CDs, vinilos y DVDs (en países donde aún son rentables estos formatos).
También se pueden encargar de dar promoción en radio, prensa, televisión e internet.
Si por alguna razón el artista no quiere seguir y decide cambiar de casa discográfica sin que haya caducado su anterior contrato, la discográfica procede a poner una demanda alegando incumplimiento de contrato, lo cual se arregla generalmente con el pago de una cierta cantidad de dinero, obligando al artista a que siga con la casa discográfica o a la anulación del contrato.
Debido a la disminución a nivel mundial en la venta de trabajos discográficos, generado en gran parte por la piratería, las compañías discográficas empezaron a implementar un nuevo modelo de contrato llamado "Contrato 360º" que, a diferencia del convencional, exige al artista ceder parte de sus ganancias, obtenidas por cualquier actividad en la que este genere dinero; por ejemplo, si el artista realiza una presentación musical debe dar un porcentaje de las ganancias a la empresa discográfica; a cambio, los álbumes musicales, sencillos o videoclips que produzca este pasan a ser objetos de promoción financiados totalmente por la disquera.
La relación entre los artistas y las casas discográficas no siempre son buenas; en ocasiones, las compañías frenan la edición de determinado trabajo musical al considerarlo poco comercial o, en ocasiones, por razones de censura.