Los peces erizo tienen la habilidad de inflar su cuerpo tragando agua (o aire) volviéndose redondos como una pelota.
Esto incrementa su tamaño (casi el doble verticalmente) y reduce el rango de potenciales depredadores a los que tengan la boca más grande.
Algunas especies son venenosas, teniendo una tetrodotoxina en su piel y/o intestinos, aunque esta toxina es menos frecuente que en los peces globo.
Como resultado, los peces erizo tienen pocos predadores, aunque los adultos pueden ser raramente depredados por tiburones y orcas.
Gracias a sus fuertes placas dentarias y a sus potentes mandíbulas son capaces de moler erizos de mar, moluscos, y cangrejos.