En el Nuevo Reino de Granada evitó la ruina del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario al ordenar su reconstrucción y la asignación de una renta anual para sostener las cátedras.
Consolidó el puente de Bogotá y arregló el camellón de las alcantarillas «por ser el camino real que lleva a Cartagena de Indias, Popayán y Quito».
La presidencia quedó en manos del arzobispo Cossío y Otero.
Córdoba regresó en junio de 1711 y gobernó hasta febrero de 1712; en este mismo año regresó a España.
Posteriormente Felipe V, en recompensa a sus servicios, le otorgó el título de marqués del Vado y le nombró miembro del Consejo de Indias.