Los sacrificios ofrecidos tenían un carácter sexual y se hacían después de la puesta del sol o por la noche.
El sacrificio público, dirigido por el arconte rey, era seguido de ceremonias religiosas a las que acudía todo el pueblo ático.
La gente pobre que no podía ofrecerle los animales indicados le llevaba pasteles que tuviesen aquella forma.
El carácter de los sacrificios a Zeus era esencialmente propiciatorio seguido del holocausto, es decir, de la cremación completa del animal, sin reservarse nada para aprovecharlo.
También se supone que estaba prohibido el vino en las libaciones y que solo se tomaba agua pura o agua con miel.