Dianna Ortiz

Esta parte de su relato no pudo ser confirmada por otra fuente.

Estos demostraban que un coronel guatemalteco pagado por la CIA se vio implicado en las muertes de los estadounidenses Michael DeVine en 1990 y el líder de la guerrilla Efraín Bámaca Velásquez en 1993.

[5]​ Deseando una vida religiosa desde que era niña, Dianna entró en el noviciado a los 17 años de edad, con las hermanas ursulinas de Monte San José en Maple Mount, Kentucky occidental.

[6]​ Se unió a las monjas que ya estaban trabajando con la población indígena en San Miguel Acatán y otras pequeñas localidades por todo el departamento de Huehuetenango.

A esto le siguieron en 1989 amenazas escritas anónimas dirigidas y entregadas a Ortiz personalmente, mientras ella estaba en más de un lugar, lo que demostraba que la estaban vigilando continuamente.

[5]​[8]​ Dijo que entre sus torturadores había un hombre llamado Alejandro, a quien oyó hablar en inglés con acento estadounidense.

Ortiz conoce a esta mujer, una indígena, y dice que no se le parece en nada.

Esto incrementó aún más su culpa de superviviente y su sufrimiento emocional.

[11]​ Más tarde se reveló que el gobierno guatemalteco pagó a la firma legal Patton Boggs para promocionar una imagen más positiva del régimen, que fue ampliamente criticado internacionalmente por violaciones de los derechos humanos.

UU. altas facturas para que siguieran fluyendo al país fondos estadounidenses y «disimular su terrible reputación en materia de derechos humanos».

)[15]​ En junio de 1990, Michael DeVine, un tabernero estadounidense quien había estado viviendo y trabajando en Guatemala durante 20 años, fue encontrado brutalmente asesinado.

[19]​[20]​ La hermana Dianna presentó una demanda con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en 1990 basada en su secuestro y tortura por agentes del gobierno guatemalteco en 1989.

Descubrió que Ortiz había sido puesta bajo vigilancia, fue amenazada, luego secuestrada y torturada.

Resolvió contra el estado de Guatemala, y se proponían remedios.

[3]​ El litigio civil de Ortiz fue combinado por su representante legal, el Centro para los Derechos Constitucionales, con Xuncax v. Gramajo, en que ocho indios kanjobal había presentado una demanda civil contra el general Héctor Gramajo, Ministro de Defensa en Guatemala (1987-1990) bajo la Alien Tort Claims Act (ATCA).

La ATCA «permite a los estadounidenses y extranjeros demandarpor violaciones de derecho internacional mientras el acusado está en los Estados Unidos».

Más tarde ese año, le fue prohibido que volviera a los Estados Unidos bajo las leyes de inmigración estadounidenses.

[24]​ Raúl Molina Mejía en su artículo, The Struggle against Impunity in Guatemala, Journal of Social Justice, vol.

Proporciona apoyo especialmente a los supervivientes que viven en los Estados Unidos, pues muchos refugiados procedían de naciones en Centro y Sudamérica donde los estados habían defendido el terrorismo contra sus ciudadanos.

La estrella cae en tu urgente mirada, estoy en silencio, buscando frustrada, quizás mañana abrirás los cerrojos.

Supieran como ya estás consagrada, nos dejas lleno el cariño en manojos.