Fue el primero de los diez instrumentos que se encendieron durante la misión.
Estas mediciones nunca se han hecho antes desde el interior de una nave espacial en el espacio interplanetario.
Encendido después del lanzamiento, el RAD registró varios picos de radiación causados por el Sol.
Estas mediciones permitirán cálculos de la profundidad en roca o suelo a la que este flujo, cuando se integra en escalas de tiempo largas, proporciona una dosis letal para microorganismos terrestres conocidos.
A través de estas medidas, los científicos pueden aprender qué tan profundo debajo de la superficie tendría que ser la vida, o ha estado en el pasado, para estar protegido.