Tiempo atrás había iniciado una relación con Ruth, una mujer millonaria mayor que le atría por considerarla callada y descomplicada.
Cecilia, por su lado, estudiaba una maestría en París que ganó gracias a una beca.
Desde pequeña había sido una muchacha solitaria y con pasatiempos poco comunes, como caminar por cementerios.
En la actualidad vivía en un departamento frente al Cementerio del Père Lachaise.
Cecilia pasa meses deprimida, corta todo contacto con el mundo y deja los estudios.
En París, unos amigos de Cecilia la visitan y, al ver el estado en que se encontraba, la llevan a vivir con ellos.
[6] Su intención con Claudio era crear un personaje que se "ridiculizara" a sí mismo sin notarlo.
[10] Para el personaje de Cecilia, en cambio, se basó en experiencias propias, como los años que vivió en París y la soledad que experimentó en esa época, así como su fascinación con los cementerios y la pérdida de un ser querido a causa de la hipertensión arterial pulmonar.
[13] Esta característica también fue destacada por El Periódico de Catalunya, que calificó el libro como "una novela trágicamente apacible, coral y caleidoscópica, que busca dar a la insoluble tragedia del vivir una resolución en forma de antídoto contra la omnipresencia de la nada".
[3] Callum Angus, escribiendo para el Los Angeles Review of Books, destacó en particular la forma en que Nettel exploraba la muerte, la pérdida y los efectos del sufrimiento en la salud corporal de los protagonistas.