El desmarque en el fútbol tiene dos acepciones, una táctica y una estratégica.
El desmarque táctico es un principio estructural[1] del fútbol que consiste en desplazarse de la posición ocupada para recibir un pase y al tiempo librarse de la marca de un adversario.
Otra formas de desmarcarse tácticamente de un adversario serían dar un pequeño sprint hacia una dirección, amagar con irse y frenar.
El desmarque estratégico es parte del plan de ataque[2] estratégico del fútbol que consiste en desmarcar al rematador y entregarle la pelota.
Al recibir la pelota, el rematador desmarcado no tiene enfrente defensor alguno que le dispute firmemente la pelota y puede intentar lograr un gol con la oposición todo lo más del guardameta.