Normalmente este fenómeno se asocia con factores específicos que los analistas clasifican en variables endógenas y exógenas.
Las variables exógenas, en cambio, se relacionan más con factores económicos, condiciones familiares, desastres naturales etc.
Actualmente, debido a la pandemia por el COVID-19, podemos encontrar cifras preocupantes de deserción alrededor del mundo.
[3] La deserción escolar es un fenómeno observable en todos los sistemas educativos, si bien hay diferencias importantes de grado.
Asimismo, en América Latina son escasos los estudios que se concentren en deserción en educación primaria.
Los pocos estudios disponibles nos dan evidencia sobre la gravedad de la deserción en bajos niveles educativos.
Por lo tanto, la deserción en estos grados podrían tener repercusiones aún más significativas a largo plazo que el abandono en nivel secundaria y preparatoria.
Cabe constar que en Latinoamérica las estadísticas son alarmantes de deserción escolar se concentran en la educación media, tanto en la secundaria básica, como en bachillerato y universidades.
Las variables exógenas se relacionan más con factores económicos, condiciones familiares, desastres naturales etc.
Y ratificó el tercer lugar entre las naciones con mayor población juvenil que no estudia ni trabaja, con 7 millones 337 mil 520, condiciones que fueron calificadas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
[9] Actualmente, se piensa que las cifras correspondientes a la deserción escolar son aún más alarmantes debido a la pandemia, sin embargo, no hay aún cifras oficiales sobre muchos de los países porque el cambio tan drástico en la forma de vida no ha permitido que las instituciones educativas se adapten.
Crean mecanismos para observar estas tres señales a tiempo en un estudiante permiten una intervención oportuna.
Estas señales son conocidas como A, B, C (attendance, behavior, course performance) por sus siglas en inglés: Ausentismo, Conductas desviadas y Rendimiento.
[15] En este aspecto influyen diferentes factores, en los cuales están involucrados tanto alumnos, como las instituciones de educación superior.
en el caso de las instituciones, deben estar comprometidas a ofrecer servicios de calidad y tienen la responsabilidad de hacer del proceso académico una estrategia contra el abandono de los mismos estudios; le corresponde entonces, lograr que sus estudiantes desarrollen una trayectoria escolar satisfactoria deben conocer a su población estudiantil, estar en contacto constante con ellos, hacer que el alumno se involucre activamente en la institución y por supuesto que la misma institución se involucre con el estudiante.
Factores personales: Comprenden aspectos motivacionales, emocionales, desadaptación e insatisfacción de expectativas.
Historia académica personal: Desempeño en las asignaturas, como: tiempo dedicado a las actividades, pérdida del semestre, pérdida de asignaturas, insatisfacción con la planeación del programa académico; lo cual hace que no se sienta tranquilo, conforme y seguro con lo que realiza.
Así pues, desde esta perspectiva cobran relevancia los aspectos referentes a la estructura socioeconómica, política y cultural que dificultan la permanencia de los jóvenes en la escuela.
También, aunque en menor medida, se asocian algunas problemáticas cada vez más comunes entre la juventud, como las adicciones y el del embarazo temprano en adolescentes (Gentili, 2008).
Como ya se sabe el estudio es un derecho primordial sin embargo algunas personas se ven con la necesidad de dejar sus estudios por falta de tiempo, lejanía o los recursos económicos necesarios para seguir asistiendo a clases.
Algunas estrategias que se pueden considerar para evitar el abandono escolar son: Desarrollar un ambiente escolar positivo con directores y personal efectivo capaces de brindar atención a jóvenes en riesgo de deserción.
Sin embargo, en otro estudio realizado por Mo, Zhang, Yi, Luo, Rozelle y Brinton (2013), también en China, encontraron que el hacer acuerdos con los padres de familia ofreciéndoles dinero al concluir el ciclo escolar, siempre y cuando el estudiante haya asistido a la mayoría de las clases, daba el resultado esperado y no se presentó tanta deserción como en los grupos control con los que estuvieron trabajando.
[20] Transferencias Monetarias Condicionadas: Estos programas comenzaron en década de los noventa en Brasil y México.
Programas inspirados en este principio son Avancemos en Costa Rica, Prospera en México, el Programa Asignación Familiar (PRAF) de Honduras, Familias en Acción en Colombia, el Programa de avance mediante la salud y educación (PATH) en Jamaica, Tekopora en Paraguay, Bolsa Familia en Brasil, Bono de Desarrollo Humano en Ecuador, Red de Oportunidades en Panamá, Asignaciones familiares en Uruguay, Mi Familia Progresa en Guatemala y Asignación Universal por Hijo para Protección Social en Argentina.
En general, los pocos estudios investigativos hechos para evaluar estos programas, son positivos en cuanto al impacto que tienen.
Otras experiencias de segunda oportunidad educativa a lo largo del continente son: Una experiencia sin fronteras en Argentina, Resiliencia e escola en Brasil, Asociación Grupo Ceiba en Guatemala, Calidad con Calidez: respuesta educativa inclusiva a favor de la retención escolar en Paraguay.
[23] Experiencias de este tipo se han realizado en Brasil, Colombia, Argentina, El Salvador y México.
Escuelas Inclusivas: Desde hace 25 años se ha profundizado en el proyecto Educación Para Todos (EPT), cuyos orígenes están en la Conferencia de Jomtien.
En 2014 participaron 12 000 miembros de la comunidad escolar y en la última capacitación se tiene registrado 9200 asistentes.