Además, la formación de una capa acuosa líquida en la superficie del producto que se está descongelando forma una barrera que mantiene el producto un largo período a 0 °C, con todos los problemas que ello conlleva: aumento de la concentración, recristalizaciones y aumento de microorganismos.
En este método se unen la rapidez y la seguridad sanitaria.
Sobre estos productos es más aconsejable una descongelación lenta para preservar la textura, de esta manera se permite una redifusión del agua y su regreso a la posición inicial.
Sobre vegetales y en especial sobre frutas delicadas es más aconsejable forzar la descongelación.
El calor necesario para descongelar el producto puede ser aportado desde la superficie, por procedimientos clásicos o directamente desde el interior mediante microondas