[1] La materia cargada eléctricamente es influida por los campos electromagnéticos, siendo, a su vez, generadora de ellos.La carga eléctrica es de naturaleza discreta, fenómeno demostrado experimentalmente por Robert Millikan.Por razones históricas, a los electrones se les asignó carga negativa: –1, también expresada –e.[3] Dado que la carga del electrón es de la misma magnitud que la del protón, pero negativa, se necesitan 6.241 509 074 460 763 × 1018 electrones para reunir un culombio de carga negativa.En el Sistema Cegesimal de Unidades (CGS) la carga eléctrica del electrón, es:[4][5] Desde la Antigua Grecia se conoce que al frotar ámbar con una piel, esta adquiere la propiedad de atraer cuerpos ligeros tales como trozos de paja y plumas pequeñas.Su descubrimiento se le atribuye al filósofo griego Tales de Mileto (ca.[6] Sin embargo, fue solo hacia mediados del siglo XIX cuando estas observaciones fueron planteadas formalmente, gracias a los experimentos sobre la electrólisis que realizó Michael Faraday, hacia 1833, y que le permitieron descubrir la relación entre la electricidad y la materia; acompañado de la completa descripción de los fenómenos electromagnéticos por James Clerk Maxwell.[6] La carga eléctrica es una propiedad intrínseca de la materia que se presenta en dos tipos.Estas llevan ahora el nombre con las que Benjamin Franklin las denominó: cargas positivas y negativas.Las investigaciones actuales de la física apuntan a que la carga eléctrica es una propiedad cuantizada.[8] Esta propiedad se conoce como cuantización de la carga y el valor fundamental corresponde al valor de carga eléctrica que posee el electrón y al cual se lo representa como e.Por convención se representa a la carga del electrón como –e, para el protón +e y para el neutrón, 0.[10] Las primeras determinaciones de la carga del electrón se llevaron a cabo entre 1910 y 1917 por Robert Andrews Millikan.Como el culombio puede no ser manejable en algunas aplicaciones, por ser demasiado grande, se utilizan también sus submúltiplos: A veces se usa también el sistema CGS cuya unidad de carga eléctrica es el Franklin (Fr).Además esta conservación es local, ocurre en cualquier región del espacio por pequeña que sea.[7] Al igual que las otras leyes de conservación, la conservación de la carga eléctrica está asociada a una simetría del lagrangiano, llamada en física cuántica invariancia gauge.Así por el teorema de Noether a cada simetría del lagrangiano asociada a un grupo uniparamétrico de transformaciones que dejan el lagrangiano invariante le corresponde una magnitud conservada.: Otra propiedad de la carga eléctrica es que es un invariante relativista.[8] Así, a diferencia del espacio, el tiempo, la energía o el momento lineal, cuando un cuerpo o partícula se mueve a velocidades comparables con la velocidad de la luz, el valor de su carga no variará.A pesar de que las cargas eléctricas son cuantizadas con q y, por ende, múltiplos de una carga elemental, en ocasiones las cargas eléctricas en un cuerpo están tan cercanas entre sí, que se puede suponer que están distribuidas de manera uniforme por el cuerpo del cual forman parte.En el Sistema Internacional de Unidades (SI) se mide en C/m (culombios por metro).