Nigeria necesita aprovechar el potencial de su floreciente población juvenil para impulsar el desarrollo económico, reducir la pobreza generalizada y canalizar a un gran número de jóvenes desempleados hacia actividades productivas y alejarlos de la actual violencia religiosa y étnica.
Aunque la mayor parte de los movimientos de los nigerianos son internos, la importante emigración regional y hacia Occidente ofrece una salida a los nigerianos que buscan oportunidades económicas, buscan asilo y cada vez más cursan estudios superiores.
[7] El resto de la población practica religiones indígenas tradicionales o ninguna.
Muchas personas combinan elementos del cristianismo o el islam con las creencias tradicionales.
En la actualidad se dan enfrentamientos entre sectas religiosas por la intolerancia que en Nigeria se generó; sin embargo, los últimos informes señalan que la conciliación entre las mismas es un proyecto que está en marcha y en el cual el gobierno ha puesto sus ojos a fin de evitar mayores violaciones de los derechos humanos.