La democracia de base es una tendencia a diseñar procesos políticos en los que tanto la autoridad de decisión como la práctica se traslada al nivel geográfico o social más bajo de la organización.
Éstas pueden ser organizaciones no estructuradas y no jerárquicas que son dirigidas por todos los miembros, o por cualquier miembro que desee hacer algo.
El principio es que para que el poder democrático sea mejor ejercido, debe ser investido en una comunidad local y miembros comunes y en lugar de individuos aislados, atomizados, en la parte superior de la organización.
Las organizaciones de base pueden habitar sistemas participativos.
Los sistemas de base difieren de los sistemas representativos que permiten a las comunidades locales o miembros nacionales elegir representantes que luego toman decisiones.