Dee Dee Bridgewater

Su repertorio es, básicamente, el de los estándares jazzísticos, aunque arriesga constantemente en la improvisación interpretativa, sobre todo en sus actuaciones en directo.

Su voz es nítida y fuerte, con un punto de gravedad.

Durante mucho tiempo fue ignorada por el mundo del jazz por lo que se trasladó a Francia en los años ochenta para intentar reconducir su carrera.

Obtuvo otro gran éxito, Grammy incluido en 1997, con su homenaje a Ella Fitzgerald.

Los títulos destacados en negrita son considerados esenciales por la crítica

Dee Dee Bridgewater (1990).