Muertos antes del amanecer

[3]​ Casper Galloway (Devon Bostick), un muchacho demasiado cauteloso, se asusta de cualquier cosa peligrosa desde el día en que su padre murió en un accidente en el Granero Oculto, la tienda de su abuelo Horus (Christopher Lloyd).

Escépticos ante la situación, sus amigos inventan una maldición propia: cualquier persona que haga contacto visual con ellos después de las 10 p. m. (ya que la medianoche es cliché) se suicidara y volverá como un "zemonio", un zombi poseído por el malvado espíritu demoníaco de la urna.

Al grupo se le da hasta el amanecer para deshacer la maldición, o de lo contrario estarán malditos por toda la eternidad.

Casper pasa toda la noche preparándose para la maldición, pero su madre cree que está drogado.

Por suerte, ella es atropellada por un auto, pero Casper hace contacto visual con uno de los pasajeros causando que se dispare con una escopeta.

Todo el mundo planea volver al Granero Oculto para buscar una solución en los libros y romper la maldición.

Lucy se acuerda de la regla del beso francés y la practica con el zemonio, volviéndolo su esclavo.

El grupo se vuelve a reunir pero descubren que Dazzle todavía no ha vuelto.

Lamentablemente, Dazzle sucumbe a la infección zemonio y destroza la urna en la cabeza de Lucy.

El grupo deja inconsciente a Dazzle para evitar que se suicide mientras buscan una solución.

Afortunadamente, Seth trae consigo una urna con forma de hot-dog que el grupo utiliza para deshacer la maldición.

Seth le da un beso francés a Lucy haciendo que ella se vuelva su esclava.

Dazzle despierta y se suicida tras recibir varias picaduras de abejas, a las cuales él es alérgico.

Finalmente, Casper y Charlotte visitan a Horus y le dicen que desean convertirse en empleados del Granero Oculto, Con gran alegría, Horus decide tomar sus primeras vacaciones; su traje sugiere que él va a Hawái.

[cita requerida] La película se ha vendido internacionalmente[5]​ y Gaiam Vivendi recogió todos los derechos en los Estados Unidos.

[13]​ Frank Scheck de The Hollywood Reporter declaró que "los gags amplios y sofocantes generan pocas o ninguna risa real".