El joven Gabriel pertenece a una familia adinerada andaluza, dueña de unas bodegas.
Gabriel detesta todo lo que su familia simboliza de injusticia social y tiranía burguesa.
Agobiado por ese ambiente y tras un fallido intento de suicidio, abandona el hogar familiar para unirse a la lucha obrera.
Sin embargo, es visto con recelo por los trabajadores, que no dejan de percibirle como su enemigo en la lucha de clases.
Cuando estalla finalmente la revolución, Gabriel perece luchando junto a los obreros.