Un método útil para estimar si varios huesos asociados en el mismo depósito estratigráfico tienen en realidad la misma edad relativa es el análisis químico, mediante el estudio de sus contenidos de nitrógeno, flúor y uranio.
El indicador más útil de esta perdida es el nitrógeno, que en huesos modernos ronda el 4%.
El flúor y el uranio, al contrario, se incrementan con el paso del tiempo.
En los años cincuenta, fue utilizado para desvelar la falsificación del hombre de Piltdown.
El hombre de Piltdown (Eoanthropus dawsoni) tuvo un lugar reconocido en los libros de texto hasta 1953, momento en que se descubrió, gracias a este método, que el cráneo era reciente (unos 620 años aproximadamente) y la mandíbula pertenecía a un orangután.