También fue concebido para contribuir al aumento de la visibilidad de los esfuerzos realizados por todas las organizaciones y ciudadanos que trabajan a diario para mejorar la cooperación y la integración en la región euromediterránea.
En reconocimiento a la contribución que los pueblos del Mediterráneo han hecho a la civilización durante milenios, el Día del Mediterráneo constituye un medio para canalizar esta misma riqueza y diversidad cultural en el contexto del siglo XXI.
Esta dimensión cultural es, por tanto, un componente importante ya que el propósito del Día del Mediterráneo es celebrar la identidad mediterránea, única pero diversa.
Esto se fomenta a través de eventos locales e internacionales, exposiciones y festivales en toda la región, con el fin de fortalecer los lazos entre los pueblos de todas sus orillas, promoviendo los intercambios interculturales y el diálogo.
El Proceso de Barcelona daría lugar a la creación de la Unión por el Mediterráneo en 2008, la institución encargada de impulsar esta visión en toda la región y que ahora está formada por 42 Estados miembros.